Stud




"Poesía es repetición". Néstor Sánchez

al vez había llovido y por eso recuerdo
el brillo reluciente de la entrada
repartido en parejos adoquines
que alfombraban la senda hasta las cajas
con sus dobles postigos despintados
donde el milagro de esas vidas
se guardaba
-el misterio, en la infancia
es la luz de un farol señalando una puerta-
el caballo encantado que un hombre cepillaba
la nube vaporosa de sus fauces temibles
la física sorpresa de sus patas
nudosas y delgadas como si alguien
animara de pronto una estatua de bronce
delante de mis ojos y a mi altura.
Llegamos a la casa por una calle verde
que bajaba hacia el río
el río era invisible, inubicable
(sin rosas de los vientos ha pasado mi vida
confundo el sur y el norte, todavía
me orientan otras cosas no precisas
algo que no se aviene a ley de las brújulas
una intuición difusa, un olor, una extraña
tela que va extendiéndose
como un velo o un manto
sobre seres y cosas
un vuelco acá en el pecho cuando la luna llena
es la dueña y señora de los cielos que veo)
hasta allí me llevaba alguien de quien no tengo
ni un olvido completo ni memoria, que, vívida,
me permita traerlo
sé que anduve en el lomo de una negra potranca
veloz como los vientos que arrasan estos días
que alguien me sentó allí
y que allí me sostuvo
que bajamos la calle que moría en el río
(el río que no ví)
de la mano y despacio. Mis pasos eran cortos
y el corazón batía
la mañana de invierno en el stud
la bellísima bestia
la niña de la mano de otra mano borrosa
sin brújula en el tiempo
una niña borrosa que llevaban
hacia un bello misterio, de la mano.

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